Dedo Indice
Una herida en este dedo manifiesta un rechazo a la autoridad. No te sientes reconocido en tu justo valor. Estas escondiendo una gran sensibilidad emocional y necesitas sentirte seguro y a salvo.
Este dedo habla de tus lazos afectivos, cualquier herida en él tiene su origen
en una pena o dificultad en tus relaciones sentimentales, puede ser frente a tu pareja, hijos e incluso frente a tus padres. Es la
manifestación externa de una herida interior de la cual no has hablado
probablemente con nadie.
Dedo Menique
Cualquier daño en el dedo Meñique (rasguño, quemadura,
etc.) es síntoma de una emotividad demasiado grande. Te preocupas en exceso y muchas veces por pequeñeces, y dejas salir tu emotividad. Sientes que te hacen de menos, te subes a tu torre de aparentar indiferencia, lo que te desequilibra e
impide que comprendas a los demás y sus motivos.
Esto es solo una pequeña muestra para que veais lo complejos que somos, y la fuerza tan grande que movemos desde el inconsciente, al punto de herirnos a nosotros mismos. Nuestra parte racional y práctica dice una cosa, pero por dentro sentimos de forma muy distinta. Hay una represión educacional que no nos permite tener sentimientos tan humanos que todos hemos sentido y sentimos a la largo de nuestra vida, como la ira, los celos, la rabia, la envidia, etc, etc., sentimientos que al no reconocer que los sentimos no podemos sanar, y permitimos que se cuezan a fuego lento en nuestro organismo y salgan sin control, cuando menos lo pensamos.
Esto es solo una pequeña muestra para que veais lo complejos que somos, y la fuerza tan grande que movemos desde el inconsciente, al punto de herirnos a nosotros mismos. Nuestra parte racional y práctica dice una cosa, pero por dentro sentimos de forma muy distinta. Hay una represión educacional que no nos permite tener sentimientos tan humanos que todos hemos sentido y sentimos a la largo de nuestra vida, como la ira, los celos, la rabia, la envidia, etc, etc., sentimientos que al no reconocer que los sentimos no podemos sanar, y permitimos que se cuezan a fuego lento en nuestro organismo y salgan sin control, cuando menos lo pensamos.
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