Poder personal - Meditación con El Emperador

El Emperador- Arcano IV

Esta meditación, que creo alguna vez he puesto, quizás en parte o entera, creo que es buen momento para revisarla y ponerla en funcionamiento para acceder al poder personal de cada uno.

Meditación con

 El Emperador -Arcano IV-

Nos colocamos en una silla comoda y con la carta del Emperador en la mano. Una vez con la carta en nuestras manos, la observamos, la miramos a los ojos, nos empapamos de su energía, de sus ropas, de los símbolos de su fuerza, ...

Cerramos los ojos y  nos vamos relajando, cogemos aire e inspirando vamos soltando las tensiones, soltamos empezando por los pies, las piernas, el tronco..... hasta llegar a la cabeza y nos sentimos cada vez más y más relajados.... relax, todo el cuerpo relax.

Ante nosotros aparece la puerta de un castillo, es artesonada y enorme, tiene un llamador con forma de mano que utilizamos repetidas veces hasta que nos abren la puerta. La persona que nos recibe, es un caballero vestido al modo, de la Edad Media, que con una reverencia nos invita a entrar.

Al fondo vemos el salón de un trono al que hay que subir tres escalones para llegar.

Nos colocamos en ese trono, nos ponemos la corona, el escudo y cojemos el cetro con la mano derecha, si nuestro sexo es masculino o en la izquierda si es femenino y.. nos decimos en voz alta:

"Soy el dueño/a de mi mundo y las circunstancias las creo yo, se que me merezco lo mejor".

Nos sentimos a gusto, reconfortados y felices, sintiendo nuestra energía en conexión con el Universo.

Despues, observamos lo que hay detras del trono, puede ser un objeto o una frase, lo que aparezca, es lo que representa el poder para nosotros.

Despues nos asomamos a un balcón que esta en la sala, y observamos la vista que podemos apreciar, puede ser un paisaje, una persona, un momento importante... lo que veamos, es nuestra idea de lo que merece la pena en la vida.

Regresamos al salón del trono, nos sentimos fuertes y llenos de la energía de los simbolos: la corona, el cetro, el escudo... y somos conscientes de nuestra valor, empuje y poder y repetimos una vez más:  "Soy el dueño/a de mi mundo y las circunstancias las creo yo, se que me merezco lo mejor".

Salimos del salón del trono y poco a poco regresamos al aqui y ahora. 

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