Ante mi aparece un paisaje de montaña muy verde y frondoso y al fondo veo una cascada con un líquido muy claro y cristalino y me dirijo hacia ella.
Me coloco bajo el liquido que fluye como un palmo por encima de mi cabeza y noto como el líquido me empapa, es un agua tibia y mi cuerpo agradece el contacto con ella.
Siento como la cascada limpia todos mis sentimientos de ira, enfado, envidia, celos, resentimiento.... todas esas emociones que he ido acumulando a lo largo de mi vida, desde la infancia, adolescencia, madurez ..., todas las vivencias que me han alterado y enturbiado, disgustos, pérdidas y dramas personales que he experimentado y me han dejado un poso oscuro que ahora me pesa y me impide avanzar.
Siento como el agua cae sobre mi cabeza, hombros, pecho, espalda, baja por mis piernas y cae en la corriente de un pequeño riachuelo que se lleva mi suciedad psíquica.
Hago este ejercicio muy lentamente y le presto mucha atención a cada una de las partes del cuerpo.
Continúo haciendo el recorrido, varias veces, de la cabeza a los pies y lo repito lentamente.
Al terminar, tengo una sensación profunda de limpieza y relajación.
Este ejercicio se puedo hacer con personas con las que guardo algún resentimiento o enfado, visualizando que esa persona y yo nos introducimos a la vez, debajo de la cascada y nos limpiamos concienzudamente la una a la otra.
Se puede añadir a la visualización, que en vez de agua es amor lo que me llena, amor hacia mi mismo que se expande hacia los demás.
Trabajando así con mi energía, estoy emitiendo vibraciones de armonía a mi alrededor, con lo que todo me fluirá y la vida se me revelará como algo agradable, sutil, sencillo y fácil de vivir.
Si te ha gustado esta entrada, quizás tambien te gusten:
Las manos vehiculo de sanación;
Respirando prosperidad- Meditacion
La autoestima y como mejorarla;
No hay comentarios:
Publicar un comentario